Respira. Mantente en el momento presente y convéncete de que tu cuerpo y tu mente no deben interferir en tus metas ni en el camino que hayas decidido transitar. Deben trabajar para ti y no interponerse en quien quieres ser, sino ayudarte a llegar hasta allí.
Piensa que si eres un problema para ti mismo, ¿cómo vas a tratar con los problemas que existen fuera de ti y a tu alrededor? Trabaja para ser TU solución, no te posiciones en contra de nada, ve a favor de lo que resuene en tu interior como verdadero, como puro, como bueno.
Hay personas que inventan un problema para cada solución. Hay personas que trabajan para crear problemas mientras otros trabajan para crear soluciones. Este es un tipo de polaridad que está abocada a desaparecer, como todas las demás.
Es tiempo de reflexión. Es tiempo de decidir quienes vamos a ser a partir de ahora y para ello resulta imprescindible alinear cuerpo, mente y espíritu.
Hay muchos posibles futuros abiertos ante la Humanidad en estos momentos de aceleración del tiempo terrestre, de profundo cambio y de derrumbe de estructuras caducas, pero hay dos posibles líneas temporales mejor definidas que las demás.
Es un proceso que se ha ido elaborando muy lentamente y ahora nos toca decidir en cuál de esas líneas queremos situarnos. Puedes quedarte con lo que conoces y seguirás manifestando tu vida desde ahí, con lo que ello conlleve, pues el planeta está en un proceso de expansión, contrario, en cierto modo, a esas viejas maneras. También puedes dar un salto de fe, sin enfrentarte a nada ni a nadie, tomando partido por tu futuro como conciencia cósmica.
Lo que vayamos a poder vivir y sostener va a depender del lugar que elijamos. Se hace imprescindible pensar por nosotros mismos, alineados con la sabiduría de nuestro corazón.
Las ideologías, como las religiones, se van a ir disolviendo lentamente porque han demostrado que no sirven para nada más que separarnos y enfrentarnos y no han resuelto, a día de hoy, ninguna de las grandes cuestiones que tenemos pendientes como humanos, como sociedad y como individuos. Ciertamente, parece que no ha llegado esa hora, pero es hacia donde caminamos.
Estamos en tiempo de descuento, es momento de elegir con conciencia y de actuar para desprendernos de todo lo que nos sobra y nos impide vibrar como realmente queramos hacerlo.
Si no nos posicionamos, nos veremos atraídos a la vibración más acorde a la nuestra y la vida seguirá por ese camino, pero incluso en ese no-acto de elegir, existirá una elección y habrá imperado nuestro libre albedrío.
Es necesario reconocer e integrar nuestra sombra para poder iluminarla y trabajar en y desde nuestra luz. ¿Cómo se hace esto? Investígate a ti mismo, descubre tus cualidades, entrénalas y utilízalas. Disfruta de ellas y compártelas. Eso aumentará tu frecuencia, eso te conectará con la alegría, que es la llave de la puerta que nos conduce a la plenitud.
Integrar la sombra supone no lamentarnos por lo que no nos gusta de nosotros mismos y no podemos o no sabemos cómo cambiar en este momento. Mira la cara de lo que no te gusta de ti y ten el valor de sacarlo de tu vida, sin más. Cada vez que te observes a punto de volver a caer en lo mismo, corta y da la vuelta, aunque cueste. Poco a poco se hará más fácil. Sabemos que dónde va nuestro enfoque, va nuestra energía, así que hemos de poner atención en lo que queremos, en lo mejor, y la luz irá ampliando su espacio en nuestro ser hasta iluminarlo todo.
Conecta con tu espíritu, conócelo, dale lugar en tus días, dedícale tiempo. Si cuidas tu cuerpo físico, lo mantienes limpio y lo alimentas, haz lo mismo con esa otra parte de ti. Hazla presente, reconócela y aprende a usarla a través de experiencias que te hagan sentir bien, con personas que sumen valor y riqueza a tu vida, a través de momentos de reflexión y a través de la meditación, para darte lo que creas que te falta.
Cuando nos sentimos incompletos, insatisfechos o vacíos, suele ser porque obviamos esta parte de nuestra naturaleza esencial. La desconexión de nuestro espíritu nos ha llevado incluso a la desconexión entre nosotros.
Valores como la generosidad, el compañerismo, la colaboración o la compasión, parece que se difuminan en la sociedad. No podemos permitirlo. Eso solo trae más sombra.
Y nunca olvides algo muy, muy importante, que TODO ocurre por ti, para ti y a través de ti y de tu campo de energía. Eres el guionista de esta vida. Eres el protagonista de tu historia y creo que, como a mí, a ti también te gustan los finales felices.
Muchas gracias a Lukas Rodriguez por su preciosa foto.
2 comentarios
Gracias Rosa
Gracias a ti, Irene